viernes, 3 de abril de 2009

SUBIDA AL CIELO




Año: 1952
País: México

Director: Luis Buñuel


Lilia Prado .... Raquel
Carmen González .... Albina
Esteban Márquez .... Oliverio Grajales
Luis Aceves Castañeda .... Silvestre
Manuel Dondé .... Eladio González, candidato a diputado
Roberto Cobo .... Juan
Roberto Meyer .... don Nemesio Álvarez y Villalbazo
Paz Villegas .... doña Ester
Beatriz Ramos .... Elisa, la parturienta
Paula Rendón .... doña Sixta, madre de Silvestre
Víctor Pérez .... Felipe
Gilberto González .... Sánchez Coello
Pedro Elviro .... cojo
Francisco Reiguera .... Miguel Suárez, vendedor de gallinas
Leonor Gómez .... doña Linda
Manuel Noriega .... licenciado Figueroa y Lezama
Chel López .... Chema, compadre de Silvestre
Jorge Martínez de Hoyos .... guía de turistas
Salvador Quiroz .... Lucilo Peña, padre de Albina
Cecilia Leger .... doña Clara, madre de Albina
José Muñoz .... don Esteban, comisario
Diana Ochoa .... esposa de Manuel
Pedro Ibarra .... Manuel, un vendedor
Silvia Castro .... niña que muere


Subida al Cielo fue la primera de tres colaboraciones de Lilia Prado (1928 - 2006) con Luis Buñuel (1900 - 1983), convirtiéndose en la única actriz estelar de más de una película, junto con Catherine Deneuve, que fue escogida por el cineasta Aragonés. Otra actrices solían buscarlo (Silvia Pinal, Rita Macedo, Ariadne Welter e incluso Miroslava protagonizó Ensayo de un crimen gracias a su amigo Ernesto Alonso y a que Lilia no terminó a tiempo una película).

Buñuel, tras el éxito en taquilla de El Gran Calavera, volvió a tener confianza en sí mismo y con Oscar Dancingers realizó "Los Olvidados", película que constituyó su redescubrimiento en Europa y que le significó el premio al mejor director en el Festival de Cannes y once Arieles en México. Así empezaría una nueva etapa para Buñuel, quien más libre, realizó películas más personales.





Desparpajada, fresca y sumamente divertida, Subida al cielo es una de las películas más libres y vitales de la filmografía de Luis Buñuel. Estas cualidades se desprenden, paradójicamente, de una cadena de accidentes que hicieron del rodaje de esta cinta uno de los proyectos más descontrolados de la carrera de Buñuel.Manuel Altolaguirre, poeta español exiliado en México y amigo de Buñuel desde sus años en la Residencia de Estudiantes de Madrid, había viajado por la costa de Guerrero junto con su esposa María Luisa, una excéntrica dama de la alta sociedad cubana. El viaje había estado lleno de incidentes pintorescos y surrealistas "que harían una excelente comedia." Altolaguirre estaba dispuesto a producir la película -con dinero de su esposa- si Buñuel la dirigía.Animado por el entusiasmo de su amigo, aunque reticente por la personalidad de María Luisa, Buñuel aceptó el proyecto sin imaginarse lo que vendría después. Como Altolaguirre únicamente aportó la idea original, Buñuel trabajó el guión a sus anchas, con la colaboración del escritor Juan de la Cabada y de Lilia Solano, "una chica guerrerense inteligente y simpática, que dio sabor popular a los diálogos."




Otra Lilia inteligente y simpática, oriunda de Michoacán, se incorporaría al reparto de Subida al cielo sin imaginarse que llegaría a convertirse, junto con Silvia Pinal en la actriz que Buñuel dirigiría más veces en su carrera. "Él no me conocía, le enseñaron una foto mía, muy chistosa, con trenzas [...] y sin pensarlo mucho exclamó: «Quiero a ésta [Lilia Prado] para Subida al cielo."
Buñuel se encargaría de eternizar a Lilia Prado en el imaginario colectivo de los mexicanos, gracias a dos imágenes muy semejantes que la muestran subiendo a un transporte público -un autobús y un tranvía- enseñando descaradamente los muslos y exudando una carga sensual que, a medio siglo de distancia, sigue traspasando las pantallas que exhiben Subida al cielo y La ilusión viaja en Tranvía (1953).

Filmando por primera vez en locaciones fuera del Distrito Federal, Buñuel tuvo que enfrentarse a un súbito recorte presupuestal y a una serie de absurdas limitaciones que lo obligaron a no filmar el final que tenía previsto y a recortar un buen número de escenas, entre ellas la del entierro de la niña. "Teníamos una locación de tres días con sus noches en un cementerio y en el último instante se me anunció que, por razones sindicales, el rodaje se reducía a dos horas" -decía el cineasta. Una maqueta bastante lamentable construida al vapor, un actor -Esteban Márquez- que lo engañó afirmando que tenía experiencia, un productor excéntrico que se quedó sin el dinero de su mujer y una gran dosis de improvisación contribuyeron a que el rodaje de Subida al cielo fuese uno de los más ricos en anécdotas de toda la carrera de Buñuel. Al final, el azar intervino favorablemente: Subida al cielo obtuvo un premio especial de la crítica internacional del Festival de Cannes de 1952 y se convirtió en una de las cintas favoritas de los admiradores del cine de Luis Buñuel.

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